Se pierde mi boca en la eternidad de tu piel,
naufrago a oleadas entre tus piernas,
queriendo saborear...
Se pierde el sentido común
entre miles de gémidos cegados de pasión...
Las manos inquietas no entienden de pausas,
los ojos se suicidan mirándote,
no existe temor a nada,
no existe mejor circunstancia en esta mi mirada.
Desciende mi lengua por la escalera de tu espalda,
sublime de sudor y sabor,
delirante de caricias,
delirante de emoción,
de una predileción soñada...
Mis dedos explotan dentro de ti,
fluyen absortos de tu excitación,
el grado de condición
lo interpretan las cenizas de tus orgasmos...
Se intercambian las miradas como incrédulas,
entre 4 paredes de olor extenso y cruel,
queriendo saborear... Cada poro,
cada segundo de tu propia imaginación,
sueños por cumplir,
piernas que se cierran por obligación.
Deseo extremo, sonrisa de jazmín,
se pierde la delicia de mis azotes
en un sentimiento verdadero.
Deseo oculto, nunca es suficiente,
o por lo menos jamás lo debería ser,
mi sonrisa placentera desarma
el principio de una amable sesión,
queriendo saborear... Sin límite,
haciendo el sentimiento un poco más fuerte.
Las marcas a mis ojos,
tu orgullo retenido para apreciarlo,
te muerdo cada parte,
cada una de esas,
que es lo más importante,
estallas queriendo saborear...
Queriendo saborear más...
Se restriegan mis manos
por las montañas del experto resultado,
nada es superior,
tu cuerpo pasea deseoso de admiración,
sabiendo que fuí yo...
Que soy yo....
Que siempre seré yo...
(c) 2010
