sábado, 30 de abril de 2011
MANDRAGORA
Mandrágora inmortal de sonidos adquiridos,
semillas extrañas que nacen por tradición,
búsqueda de un verso que
neutralice esta sensación siempre tan igual.
Espirales de venganza a la vida,
mi respiración se estremece
en el límite de una inocencia.
Hasta donde puede llegar un sentimiento
en el camino turbulento y obelisco,
se duermen los rezos
y tu oras por la clausura de un recuerdo,
subliminal de alteraciones,
los latidos se multiplican sin necesidad,
puedo beber y puedes triunfar,
con una simple palabra disfrazada de sinceridad.
Mandrágora infinita de abismos interiores,
la tierra yace en tu absorbido corazón
preguntando constantemente...
"Cuántas estrellas puedes tocar".
Optimismo consonante en una locura,
el pensamiento arde
y las cenizas de tu ausencia
polvorean un manuscrito demasiado singular.
Mandrágora de secretos y medicinas,
raíces en el féretro de tu escritura,
en un mundo de testigos y enfermos...
Analgésico frenético en un posible viaje,
la rutina se opone al silencio escandaloso
de tus ojos y miles de kilómetros,
aún pretendo,
aún tu imaginación misecordiosa
ruega un sueño,
el mismo sueño...
(c) 2011