viernes, 15 de abril de 2011

ROZAR LA LOCURA




                                  










Se descolora el iris de sus ojos,
se desata la consecuencia de sobrevivir,
a excasos centímetros de tu mirada,
esta noche acaricio la música que siempre habla de ti.
Por costumbre... Rozar la locura,
por necesidad se perturba la realidad,
en sus mágicas palabras,
en el oasis de una terrible añoranza,
¿Crueldad definitiva?

Simpleza que mantiene vivo el reloj,
riqueza (a pesar de la ausencia) en su interior, 
cuando fluyen las horas sin direción,
cuando algo late,
cuando tus ojos me transportan
y a veces no entiendo la razón... 
¿Es tu sueño o es mi canción?
Nobleza profunda, 
carrusel de ilusiones,
explosión de tu sonrisa a mi alrededor.

Por tradición... Rozar la locura
en un corrupto día que existió,
hermandad junto al olvido,
la misma noche en que soñaste conmigo,
susurrar... ¿Porqué no? 
Por una casualidad... Rozar la locura,
por una vida que debo, 
por los minutos divinos que perdieron su realidad,
por su voz inundada de cariño,
quisiera a veces no entender la verdad,
quisiera programar la facilidad de su sonrisa
y atarla para la  eternidad.

Existencia de silencio
en el abatir de tu pensamiento,
la paz de un eremita,
herida nostálgica,
¿Quién habla de ti?
¿Quién habla de mi?
Prepotencia insuficiente,
bullicios notables que vuelcan una vida
casi incomprendida...

Días soleados, senderos de decepción,
voz que seduce mi conciencia,
exilios de llantos que viajan a tu corazón,
Tico y Rigodón pierden su inocencia,
fedoras que vuelan entre la multitud,
agradecimientos, despedidas,
tiempo transcurrido,
una estrella plateada que desde su nacimiento 
vuela junto al miedo...
Y a ese saber perder que jamás aprendo,
que rechazo... Que quizás aün no entiendo...


(c) 2010