martes, 19 de abril de 2011

LISBOA















Yo también,
melodía que justifica una necesidad,
confusión extrema,
profundidad de un sentimiento,
rechazo de abandono subliminal,
noches en Lisboa
que golpearon aún más...

Cobardía que imparte una clase particular,
estrellas de Hollywood desconocidas que
no aportaron nada a mi modo de reaccionar.

Días de excaso contacto,
manos desgarradas,
en la ausencia de tus huellas,
en mi mente constante y acostumbrada,
Lisboa dormía y yo lo intentaba.

Poemas extraños
en una promíscua sociedad,
acontece viento del sur,
rumores de abismo...

Poesías nocturnas en un papel como opción,
morir en el intento por la cuestión de tantos lamentos,
conjuros que tantos kilometros...
Fumaban la paz de tus ojos
a pesar de no poder verlos.
Ansiosa melancolía, inquietud coherente,
el cielo de Lisboa no entiende mi inspiración,
reconozco, rencor innecesario,
desprestigio que cubría de amargura cualquier oración.

Caminos abstractos y desconocidos,
estrellas de barrios humildes pero
con tanto corazón,
mi retorno era una obsesión...
Ignorancia del adiós,
me juego la vida apostando
a que tu sonrisa sigue dependiendo de los dos,
Lisboa eterna pero ya sin mi propia sensación...


(c) 2010