viernes, 15 de abril de 2011

MEDIO LITRO DE LAGRIMAS



                     










Letras infinitas en el bálsamo de tu resparación,
sublimes inquietudes en el pensamiento que quiso partir,
a voces se fustiga la inocencia de un pasado
a pesar de besarte caminando por las calles de Madrid, 
Medir el sentimiento que se diluye de los ojos
como agua fugaz,
tan fugaz... Capaz de materializar lo inexsistente. 
Viernes extenso, terror eterno,
mar de presencias imperfectas,
palabras que castigan la debilidad de un pasado
a pesar de besarte imaginando que soy feliz.

Gota a gota te entrego la nobleza de mis lágrimas,
medio litro de pesimismo en la orilla de mi corazón,
puedo murmurar cuanto se sufre sin tener lo deseado, 
en la ansiedad ferviente tímida de tus minutos,
en los duros terrenos por los que voy caminando.

Reencarnación de placer,
ojos avatidos ausentes de sol,
septiembre no perdona ni una sola condena,
violencia insatisfecha en el llanto de mi oración.
Medio litro de lágrimas y sentido común,
medio segundo acariciando tu cadera puede ser suficiente,
obstáculos responsables de carencias escritas,
poemas que dictan sentencias delirantes,
locura infinita que sin ser diferente,
anula tu cintura para mi incompresión.
Sensaciones escondidas que apuestan por curar las heridas,
Miguel Hernandez inquieto pero con un brillo en los ojos,
conocido, consentido, encuentros en otro tipo de mundo...
Medio litro de lágrimas culpables,
impedimentos nostálgicos que reponsabilizan
el presente de una forma singular,
consentida, conocida, diría suicida.
Decisiones incorrectas que abandonan
la firme posición de una forma de ser,
suma de horas alrededor de tu sonrisa,
alargando la felicidad,
intentando comprender,
que la vida sin ti es una prueba en la utopía de mi felicidad.

Media vida de cariño, 
medio litro de lágrimas que contribuyen a mi inmortalidad,
quien no quiere ser lo que no ha sido,
quien no suplica por un sueño sin haberlo convertido.
Sutileza en el talento de tu juventud,
el eco de una voz cansada, desesperada,
mes de abril que roza la naturaleza de mi intención,
melodía que rechaza cualquier tipo de silencio,
lastimaciones que ponen a prueba el tetris de mi pensamiento. 
Realidad que analiza el reloj mirándome a los ojos,
lluvia que rescata el imperio de un río 
absorbido sin ninguna dirección,
en el mar de tu secreto,
en el océano de mi interior...

(c) 2009