Explota el destino,
yacen los ojos en bálsamo de alcohol,
quizás no tan superior.
Explotan mis oídos
al sur de tus labios
pronunciando tu nombre,
víctima de un pensamiento,
ya enloquecedor...
Síntoma de peligro,
la mente se ata al precio
de una juventud desgastada.
Una despedida tan vacía como cruel,
un placer que sabe,
que debe perder...
Melodías medievales y 1979 para recordar,
tres sensaciones,
el sol que de noche también
explota detallando tus propias intenciones,
un beso que es más que un beso.
Sólo hipnotizado de una mortalidad eterna,
aprendo a rezar entre sollozos de rendición.
Sólo arrepentido ante el mismo espejo,
tu mirada y mi reflejo
chasquean entre latidos de emoción...
Melodías y esencias que en la guerra común
has conquistado,
condeno una extraña sonrisa,
en el tacto de unos labios...
Un beso que es más que un beso.
Simplemente tu
vuelas tan cerca de mi,
como un duende en una brisa enérgica,
magia que adornan tu ojos al intentar vivir,
paso a paso, una vez más...
(c) 2011
