Palabras selladas con la sal de tus labios,
noche lluviosa de frío y dulzura,
noche de frases primaverales...
La visión de un iris estremecido
vuelva mi mirada a unos ojos claros,
como firmes estrellas tan explosivos,
tan apasionados...
Puedo sentir que desnudo tu magia,
en un firmamento de humilde imaginación,
como cruzar el paraíso sabiendo que estas aquí,
como un coctel de sabor pasión.
Puedes esconder la poesía de tu sonrisa
en una terraza de viento, mar y seducción,
puedes intentar disimular la geografía
de tus párpados con esa infinita ilusión,
que te caracteriza por ser tan bonita,
tan sencilla...
Amabilidad exterior en una situación arriesgada,
arco iris de nobleza,
paraíso que divide la simpleza de tus verbos
en un destino común e incompleto,
pensamientos sublimes e indirectos,
cruzando el río de lo incierto...
Puedo en la oscuridad definir el sentido
de tu presencia,
puedes beber el cáliz de mi voluntad,
extraña en instantes destacados,
abandonada en momentos necesarios.
Valor extenso en el cariño
que enciende una emoción y su silencio,
quietud prolongada,
cruzar el paraíso sin lascivos prejuicios,
inagotable deseo...
Puedes volar y cumplir uno de esos sueños,
puedes celebrar que el Edén
es un viaje a una ciudad,
al norte de mi inspiración,
al este del pensamiento efímero,
al sur sin ninguna condición.
(c) 2011
