Una pequeña explosión
en el recorrer de tu fotografía por mi mente,
un camino desconocido que va más allá
de unos labios dañados al pronunciar tu nombre.
Calidez que ahuyenta la soledad,
vibran los recuerdos silenciosos y tu vulgaridad....
Golpea una vez más, un grito que apaga una estrella fugaz,
mirando al cielo, pura inconsciencia que daña este tiempo.
¿Quién abandona tu cara de princesa al despertar?
Notable inseguridad para recapacitar,
se detiene la madrugada y reinan tus besos,
se estremecen los versos y el equilibrio necesario.
¿Quién respeta un murmullo al intentar respirar?
Un milímetro de tu boca pasea en estos días dentro de mi,
desde mi posición, fracaso y ensayo, volver a empezar,
el castillo de tus ojos cuestiona esta absurda forma de pensar.
Mi princesa es como intentar escribir un libro y no saber que decir.
¿Quién señala mis venas ardientes que mueren por ti?
Espejismo de crueldad en tu añoranza,
vínculos de desahogo con cualquier persona que no sepa pensar,
princesa de una voz tan sugerente, tan importante,
tan fría en sus movimientos... ¿Quién aprieta el destino, no por casualidad?
Un espejo en la oscuridad de tus deseos,
un rencor que entre luces de neón,
parpadea en la inocencia del pasado, enloquecedor...
Mi princesa es como escribir un poema alrededor de un lamento otoñal.
Eres la víctima del alma y su inmortalidad,
soy el acercamiento a una silueta desgastada de tanto suspirar...
Y la vida es una lenta muerte a demasiada velocidad.
(c) 2012
