Llega la noche, incienso e incomprensión vertical,
después de cumplir tantos sueños
puedo golpear los lamentos felinos de esta ciudad,
color universal...
Tus susurros vuelan como pájaros descontrolados,
eres tan bonita que no encuentro la palabra exacta,
yo soy tan soñador que no lo puedo disimular...
Cielo sumergido, búsqueda de un beso
en el océano de un lamento,
cada día que pasa
es un escalón más hacia el infierno.
Tiembla la noche, sangre y sentido común dormido,
después de oscurecer entre tu deseo
y mis poemas, ausentes de dulces mordiscos y letras,
tu puedes volver a empezar,
yo puedo ser el vampiro que ironice tu malestar.
Mi vida es un edificio en estado de demolición
pero... Aún se quien soy.
Aún son las diez de la noche
y anhelo aquellos cuentos de verdades e injusticias,
la luna que tanto nos vio viajar
como flores sedientas de cariño, destino y neutralidad.
Corre la noche como el viento que mece
tus pupilas agresivas de sufrir por mi...
Y un trozo de tierra nace para la resurrección
de tu cuerpo alimentado por mis caricias clandestinas,
un árbol que resiste agua, sol y frío
en la decadencia de sus 35 primaveras,
rescata un sentimiento de esos que se llevan tan adentro...
Y murmura y piensa... Aún se quien soy.
Se rompe la noche como un juguete que no soporta
más llantos de alguien tan, tan especial,
se disfraza la madrugada y vienes a verme
con un abrigo y debajo nada más,
mil besos y el reflejo de tus ojos en mi corazón,
los latidos acompañan al parpadeo,
los cinco sentidos se evaporan de un chasqueo,
mis dedos hacen el resto...
Cuantas veces juraste la mentalización,
cuantas veces escuché "Man in the mirror"
para la progresión de una vida en común,
aún se quien soy sin saber a donde voy,
alguien se estremece de recuerdos recordando,
alguien se excita tanto de recordar pensando,
ese alguien sigue escribiendo...
(c) 2012
