viernes, 3 de mayo de 2013
Cada mañana
Comenzando como cada mañana,
sale el sol en el corazón verdadero,
Santa Mónica susurra que una ausencia es suficiente.
Los ojos que ahora lloran lagrimas de rendición,
son la igualdad de un momento soñado,
acariciado para un ritmo y una mala noticia...
Caricia lejana y suave,
caricia cercana y notable.
¿Sabes? El estímulo de mis dedos al escribir
respira la bondad de una expresión y un calor.
Si pudiera cumplir un deseo soplando tu juventud
en aquella esquina de sonrisas y complicidad,
¿Quién siente algo mejor?
¿Quién puede sentir algo, quizás igual?
Amaneciendo como un preso cada mañana,
voluntad en el sincero sentimiento,
honor y progreso,
besar tu boca y el regreso.
Ficción desmesurada,
admito que no existe tierra que labrar en tu naturaleza,
minutos y horas de calma,
un Dios que gira en la prisión, en esta prisión...
¿Quién apuesta por algo superior? Quién reza...
Con las manos y un sentido común en revolución,
te quiero como un verano abandona su estación,
hojas secas, otoño que endulza el alma viajera...
(c) 2013